Las nueve llaves del anticuario
Martin Rua.
Nació en Nápoles, donde se especializó en Ciencias Políticas con un título en Historia de las Religiones.
Sus estudios se han centrado sobre todo en la masonería y la alquimia.
Acaba de publicar en España la primera novela de la trilogía Parténope, Las Nueve Llaves del Anticuario, la cual ha estado durante semanas en las listas de los libros más vendidos en Italia, donde a día de hoy están ya publicadas las dos siguientes entregas.
Martin Rua, después de un viaje a Praga y a Chartres creó a Lorenzo Aragón, el protagonista de la trilogía, en el equilibrio entre la aventura y el esoterismo.
ARGUMENTO LAS NUEVE LLAVES DEL ANTICUARIO
Convincente como La Biblioteca de los Muertos.
Legendaria como Los pilares de la Tierra.
Un gran thriller de suspense.
Las investigaciones del comerciante de arte Lorenzo Aragón.
En 1118, en Jerusalén, un pequeño grupo de nueve monjes de la recién creada Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, conocidos más adelante como “templarios”, al frente del cual está el fundador, Hugo de Payens, hacen un descubrimiento inquietante en el interior del monte del Templo: nueve sarcófagos y nueve llaves que pueden abrir un artefacto de incalculable poder, poder que ha de quedar sometido para siempre, sin que nadie pueda liberar su fuerza.
A ello se comprometen los nueve caballeros.
En 1945, en Berlín, un grupo escogido de ocho hombres de varios ejércitos aliados se internan en la capital del Tercer Reich, ya devastada por los bombardeos, con el objetivo de recuperar el valioso artefacto templario, llevado allí por algunos nazis desde Montecasino, monasterio en el que se custodiaba el mismo.
Uno de esos nazis, Henri Theodore von Tschoudy, es el noveno miembro de la fraternidad heredera de los nueve templarios originales y traidor a la misma.
Ya en 2012, el anticuario Lorenzo Aragona lleva una vida aparentemente tranquila en Nápoles, hasta que una misteriosa joven rusa, de madre ucraniana, (Anna Nikitovna Glyz) aparece de forma un tanto extraña, simulando un pequeño accidente de tráfico, y le demuestra que está viviendo engañado, drogado sistemáticamente; todo su mundo aparente es ficticio: su mujer, su compañero de trabajo, su casa… De hecho, cada día es repetición exacta del anterior.