Reseña Un cadáver con clase Jessica Fellowes
ARGUMENTO
En Asthall Manor, la familia de Lord Redesdale se prepara para la mayoría de edad de uno de sus miembros, Pamela Mitford.
Por ese motivo, se celebra una fiesta en su lujosa residencia. Nancy, la hermana mayor de Pamela, ha invitado a sus amigos a la velada. Un grupo de arrogantes jóvenes de la alta sociedad londinense.
Una de los pasatiempos del encuentro consiste en jugar a la busca del tesoro. A todos les entusiasman los misterios y además, siempre es una buena excusa para formar parejas.
Sin embargo, hacia la mitad del juego, se escuchan unos gritos en el exterior de la casa. Al salir, los invitados descubren el cuerpo sin vida de Adrian Curtis, uno de los participantes.
La policía no tarda en descubrir y encerrar al responsable. ¿Pero es posible que todo resulte tan sencillo?
Louisa Cannon, una de las cuidadoras de las niñas, no lo tiene muy claro y hará todo lo que le sea posible para descubrir la verdad.
RESEÑA UN CADÁVER CON CLASE
Ya lo hizo en la primera entrega de esta serie y ahora no podía ser menos. Jessica vuelve a entrelazar, disimuladamente, realidad y ficción. Además de las hermanas Mitford, incluye la presencia del carismático personaje de Alice Diamond, una criminal de la época experta en el robo organizado. Todos estos personajes reales, incluidas las cuarenta ladronas, están tan excelentemente novelados que se hace muy complicado discernir dónde termina la realidad y comienza la ficción.
Para la ocasión, muy acertadamente, Jessica decide otorgar más protagonismo a la doncella de las niñas, Louisa Cannon. Y es lógico. Se trata de un personaje que esta sufriendo una evolución muy positiva. A pesar de su timidez, vuelve más perspicaz y más arrebatadora que nunca. Lo cierto es que le está quedando una protagonista de primera. Porque aún se intuye que nos esperan más sorpresas.
Pero igualmente ocurre con su compañero de batallas, el agente de policía Guy Sullivan. Un joven que roza la mojigatería en su seriedad y profesionalidad. Un diamante en bruto que a buen seguro brillará con luz propia.
Hay momentos en la lectura donde parece que el crimen es solo una excusa para adentrarte en los intríngulis de la época. Entre otras cosas, porque Jessica te pone en los labios el caramelo del asesinato y rápidamente te lo esconde. Y hasta que vuelva a sacarlo, te engatusará, te hipnotizará con diferentes artimañas tan apetecibles o más que la muerte.
Jessica Fellowes escribe de forma tan atractiva y misteriosa que resulta misión imposible parar de leer. De principio a fin, la historia no solo no pierde ritmo, sino que va aumentando progresivamente. La intriga y el misterio alcanzan tal cota que llegan a generarte un nudo en el estómago que se retuerce por conocer el desenlace final.
“Uno debería aparecer en los periódicos en tres ocasiones, al nacer, al casarse y al morir”.
La novela, además de jugar con el “quién”, llega a situar el “cómo” y el “por qué” al mismo nivel de interés, o incluso más. Hasta el mismo final, Jessica no se cansa de recordarte que se trata de un juego. De su juego. Y es ella quien tiene la última palabra.
No me parecería correcto dejar pasar esta reseña sin mencionar la admirable forma en la que Fellowes describe el papel de la mujer de la época. La desigualdad, la injusticia y la ausencia de oportunidades. Pero siempre de manera realista. Dejando atrás ese feminismo radical y desconsolado tan dañino como el machismo.
En resumen, Un cadáver con clase es un mecanismo de precisión suiza. Cada pieza encaja perfectamente en su lugar y pone en marcha un relato de misterio extraordinario. Elegante, ingenioso y tremendamente adictivo. Muy recomendable para los que son amantes de la intriga y para los que no, también.
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